Sabes que a veces eres insufrible.
Que me duele cada palabra que respiras.
A veces no sé por qué nos empeñamos en perder el tiempo discutiendo el uno con el otro.
A veces te odio tanto, que sólo quiero callarte con mi lengua y matarte a polvos.
A veces, el odio que nos tenemos es lo que más nos une, hasta revivirnos.