lunes, 24 de mayo de 2010

¿Caprichos?

Últimamente ya no distinges bien tus deseos de tus caprichos.
No me refiero a caprichos materiales, de niña consentida, sino a esos caprichos que se te antojan en la vida:
Que si ayer decías que tu sueño era aprender a tocar la guitarra y hoy la tienes abandonada en el armario, ¡CAPRICHO!
Que si escribir una novela sería lo más gratificante del mundo aunque nunca se publicase y aun no has pasado de la primera página, ¡CAPRICHO!
Que si te has cansado de tu vida cotidiana y quieres marcharte lejos, muuy lejos, ¡CAPRICHO!

Pero al principio todas esas cosas parecen deseos, deseos como el resto.
Y tú, como siempre, luchas hasta llegar a tu meta, hasta verlos cumplidos.Sin olvidar que hay unos límites, y que algunos deseos se salen de tus espectativas, al menos por ahora...

- ¿A caso es algo malo luchar por lo que quiero?¿desear tener algo, con lo poco que deseo?

NO, lo malo no es luchar por lo que quieres, ni es malo que tengas deseos o algún que otro capricho, lo malo es que muchos de esos deseos los persigues hasta agotar todas tus fuerzas y muchas veces es en vano, o desistes porque ni tan siquiera has llegado a rozarlo...

Espero que esta vez no agotes tu fuerza, o al menos no sea en vano...
Espero que esta vez consigas ser FELIZ.

domingo, 16 de mayo de 2010

Introducción a la Paranoia

La Paranoia se define como una perturbación mental fijada en una idea.

Son delirios que se ven alimentados por miedos o por obsesiones, como creer que te persiguen.

Y todas esas ideas las crea nuestro subconsciente, sin darnos cuenta se nos meten en la mente, consiguen perturbarnos y quitarnos el sueño...

Creeis que os conoceis a vosotros mismos, que conoceis vuestra forma de pensar. Y algunos son tan ingenuos que incluso piensan que pueden controlarla.



Pero en realidad sólo controlan una parte de su mente, la que ella elija para mantenerlos entretenidos.

martes, 4 de mayo de 2010

Yo sólo quería convencerme de que no me convenía.

Ella no hacía más que pedir otra oportunidad, decía que no perdíamos nada.

Yo le hice caso. No sé cómo lo hace, siempre me convence... debe de ser porque siempre sabe en lo que pienso.
Y me dejé llevar, hasta que me llevó por mal camino y se hizo demasiado tarde para volver.

Yo nunca le pedí amor, ni tan siquiera caricias infinitas.
Empezó a mostrarme su cariño bajo las sábanas, pero nunca volvió a entregármelo.

Ella me pedía que no le exigiese nada, que esperase, si merecía la pena volvería a dármelo.
Si le exigía, estaría forzándolo todo.

Mientrastanto yo sólo obtuve indiferencia y me cansé de esperar...