Nuestra mente se ve muchas veces entre la espada y la pared a la hora de decidir y decir.
A veces por falta de determinación, por batallas entre razón y corazón, otras tantas por no quererlo todo y no cerrar puertas a futuras oportunidades y muchas veces por intentar quedar bien con el resto.
Al final de la jugada resulta que dices una cosa pero a la hora de la verdad no llegas a hacerlo, o no es tu opinión real sobre el asunto.
Puede que yo sea demasiado lógica... No trago tus incoherencias, y siempre que me las como te las podría vomitar a la cara.
Hazte el favor de decidirte.
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